En ciertas
ocasiones por la noche, me invade el ímpetu y la intención de querer decir algo
coherente, es como si las palabras estuvieran ahí atragantadas mucho antes que
el discurso mismo, mucho antes de saber qué es lo que quiero y necesito decir.
Esta es una noche
de aquellas, sola en mi habitación, escucho viejas canciones que su
funcionalidad recae en dar cierta ambientación a mis pensamientos desordenados.
Una vez más, me revuelvo en el cuestionamiento del sentido y razón de una
infinidad de cosas, en la noche de hoy, lo vinculado a las relaciones humanas,
a los besos, abrazos, caricias, coito,
la hermandad, el compañerismo, la
pasión, la libertad y la libertad
vigilada. Pienso en ti, y pienso en otro desde mí, desde mi experiencia como devoradora
de caricias y receptáculo de fluidos, desde mi deseo y las ganas que tengo que
esto no sea ficción.
A través del
recorrido de mi vida he estado presente en innumerables simulacros del amor de
diferente índole, para otros he sido muchas mujeres, he sido añoranza, recuerdo
y odio, un enjambre de sentimientos
confabulado en situaciones que han ido perdiendo sentido para mí, me cuestiono
si realmente el amor existe, o si, simplemente es algo que deseamos sentir y
que finalmente nunca sentimos, si el amor es una muletilla de nuestro inconsciente
vinculado al eterno retorno de una búsqueda anémica idealista de lo que
deseamos, a veces me cuestiono si realmente ese deseo nos pertenece o si es de
libre mercado, si es de libre mercado es reemplazable y desechable, mis
razonamientos están llenos de desesperanza y aburrimiento pero mi experiencia
corporal cada vez se llena de nuevas sensaciones
Toco y huelo tu
cuerpo y me acerco a la esencia de algo desconocido, tus manos cuando se posan
en mi cuerpo detonan un sentimiento liberado de toda angustia , cuando no está
sucediendo lo deseo, pareciese que no existen palabras, mis manos ya están cansadas
de intentar escribir algo coherente sobre lo experiencial, mis recuerdos se
vuelven monotemáticos en torno a lo vivido contigo, evocan aquella felicidad,
que no sé si es real. Finalmente como decía Lacan, es algo a lo cual no podemos
acceder.
3 comentarios:
No has perdido el don para nada.
concuerdo.
Pasé por esas casualidades de la vida por aquí, sin golpear la puerta, pero me imagino que este hogar está abierto para visitas desconocidas. Muy lindo descubrimiento.
Saludos.
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