martes, mayo 17, 2011


Carta escrita en una servilleta

Habrá algún momento en que las lógicas personales se revuelvan.

Luego de la destrucción, luego de la pequeña masacre en donde nos mutilamos mutuamente, tú te vuelves un ser virginal, un ser que se desprende poco a poco. Un ser, que crea un meticuloso capullo que rodea su cuerpo para no salir por un buen tiempo, te quedas ahí envuelto, esperando apaciblemente, esperando que pasen temporadas eternas, el tiempo que sea suficiente.

Te envuelves en tus hilos melancólicos, esperando el día en que nuevamente te crezcan las alas.

Luego de un tiempo has creado de ti, una especie maravillosa, que expande sus alas recibiendo al nuevo mundo, con el alma y el corazón limpios, donde las heridas, el desamor y el dolor, se transformaron en materia prima, para crear aquel capullo, el que se convierte en las alas mas verdaderas que he visto hasta ahora.

Luego de la pequeña masacre, yo me alimento de dolor y de vacio, cayendo en lo más profundo, me alimento del fuego y del pecado, de las ansias carnales de la masturbación dolorosa, de mis pocas ganas, de desvarío.

Camino sola hacia un túnel que simula el fin, antes de alcanzar la luz mi ser explota en llamas, sucio y adolorido, transformándose en cenizas, las cuales parecen a primera vista, mugre de callejón, las que luego brillan distinguiéndose de la porquería.

Desde las cenizas, yo vuelvo a renacer, como un pájaro que vuela alto, que no teme a las distancias entrañables, un renacer.

Este renacer se confabula de formas diferentes, ambos merecemos alas para volar lo más lejos, sin pensar en lo que espera nuevamente en el subsuelo, podemos volar juntos o separados, quizás llegue el momento en que volvamos a caer en este amor visceral, podremos ahora convertirnos en peces.

1 comentario:

descomponio dijo...

qué bueno que retomaste. un agrado leerte. de nuevo.