domingo, enero 09, 2011

Palabras flotantes

Desprendidas de la realidad, me quedo con un verso agónico que nada se parece a esta realidad, que carece de sabiduría terrenal pero se llena de una complexión misteriosa, platónica, apocalíptica, hija de nuestro tiempo.
De qué manera la intelección puede alcanzar el significado, de algo que no se condice con la vida, menos con la muerte, aquella estela pictórica que nos envuelve luego de leer a Dostoievski o a Bolaño , siendo unos perfectos desconocidos, siendo hombres que no sabían nada de mujeres, pero que a la vez sabían muy bien.
La literatura está envuelta en un halo de misterio, en donde la propuesta es una apuesta y todos somos jugadores, la literatura es un diálogo entre interlocutores que no saben de su propia existencia, entre oradores que no existen y un oyente que desea desprenderse de la realidad de algún puto modo. La literatura es desgano y alma al mismo tiempo, es fetiche y necesidad al mismo tiempo, es ansia y revelación sin escindir la una de la otra, la literatura es un paseo por donde se esconde y aflora el dolor , se encarna en nuestras construcciones mentales como si fuera sodomía, una muerte planificada o la vida misma, la literatura es la forma de asechar la realidad de la manera más pulcra, la más reluciente, la más vivaz , la literatura es una masturbación mental , donde el orgasmo es la propia creación inconsciente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por ese entonces frecuentaba el taller de un escritor menor, o eso era lo que pensaba cuando decidí postularme con un cuento derechamente malo. Lo titulé La noche de las moscas y siempre supe que era un mal título y una peor historia. Transcurría en una casa que fue mi casa, el protagonista era un tipo que era yo, y básicamente hablaba de una mujer que era imposible de olvidar. Finalmente el tipo que era yo se recostaba en su cama y se detenía en tres moscas en el techo. Nunca le pregunté a F qué fue lo que presentó para ingresar al taller. Nunca, incluso después de comenzar a salir, comentar nuestras lecturas, ir a bares, ver películas, hablar de cosas sin importancia, pero que en ese momento eran las más importantes del mundo, pero que en definitiva nos llevaron al inicio de una relación que, siempre lo supe, tendría un mal final.

Anónimo dijo...

por q flotantes¡?