miércoles, agosto 26, 2009

Las palabras manoseadas se extrapolan en sociedad.
Las palabras siempre son las mismas, son los significados los que cambian.
Los significados son lo que millones de personas quieren que sean.
Los sentimientos no son leyes, sino que se componen de significados que difieren, que se contradicen, las palabras no son definitivas, son inmutables y se las lleva el viento.
No hablo en contradicción, me refiero a una especie de mutación inviolable, impredecible, una mutación que no es antagónica, sino dinámica y que se potencia de ella misma.
Existen palabras in-entendibles las cuales nunca llegarán a ser, como el feto que no llega a nacer pero que aun así es potencia de niño, como los sentimientos que potencian las palabras ¡pero estas se han vuelto viciadas mal utilizadas, carentes de contenido, que han perdido totalmente su capacidad de descripción¡
Hay palabras que ya no sé si quiero volver a utilizar, por que se han repetido como un eterno retorno que se ha vuelto inagotable, hostigoso.
Hay sentimientos que soy incapaz de verbalizar pero que siento profundamente.
Hay sentimientos que soy incapaz de concretizar objetivamente, pero los siento profundamente.
Las palabras tienen una universalidad de contenidos que se dotan de una profundidad inminente.

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