Tú, maldita adorable.

Ahora me siento como tú, te leo y me siento como tú, se de que lado estas mirando, se para donde vas, se todo de ti. Te hago proposiciones estúpidas para que las realices como mujer valiente que eres pero no sé si yo seria capaz de hacerlo, te admiro. No creo tener tantos cojones como tú crees, no creo tenerlos como tú los tienes, aunque yo he tenido más sexo explicito en publico que tú, eso no me hace más mujer, solo me hace un poco más salvaje, pero salvaje como tus pies flacos y blancos. ¡Mujer! Tú eres la soberana, la que se pinta los labios más rojos, la que come más palta, la más onanista, ¡eres el ejemplo entre las mujeres del género pretencioso! No me dejes, no nos dejes, no desaparezcas, no te derritas entre sabanas fáciles, no recibas el desayuno que te llevan a la cama, se la mujer mas fácil, pero no la más alcanzable. No camines. ¡Corre! Y hazlo lo más rápido por favor, corre detrás o arranca, pero con pasión, hazlo todo con pasión, como tu me enseñaste querida, como la vida que me devolviste.