lunes, abril 20, 2009

Pio Nono con Dardignac

La ciudad nos esconde bajos sus farolas uniformes, el gran santiago nos refugia entre su suciedad camuflada en romanticismo tradicional y una estrecha maldad que se congestiona dentro de sus suciedades impregnadas, en donde también nosotros nos convertimos en formas de su paisaje exótico, abrumador. El cortejo fúnebre no es impedimento para seguir la fiesta, donde los muertos soplan y los recuerdos no vuelven jamás. Somos una ciudadanía ataxica, bulímica que se suspende en pie gracias al alcohol y estupefactos volviéndole vida a una realidad distorsionada, que reina en nuestro interior colectivo, tradicional.

2 comentarios:

Eduviges dijo...

excelente.

... dijo...

Tantos GRUPIS/POLILLAS que se queman con la LUZ.

APARECE....si deseas, claro!