martes, septiembre 02, 2008

Creo que tendré que tragarlo, digerirlo, hasta el punto que no caiga nada mas por mi boca, ni por mi nariz, hasta que duela, hasta que se revienten y me hagan llorar de dolor, de miedo por perder sangre, que mi dolor, intenso corporal, me sane un poco de recuerdos vinculados a tu vida y a la mía vida, que el dolor corporal me haga olvidar que esas cosas no van a volver a pasar.

Miro mis pies fijamente, haciéndolos resbalar por la tina del cuarto de baño de mi madre, usándolos como termómetro para sentir cuan caliente se encuentra el agua para ellos, si podrán soportarla, sin son capaces…
Cuando pequeña esta tina era enorme, creo que con el tiempo se ha ido haciendo más pequeña a medida que pasan los años, hace un tiempo hasta podía sumergirme y nadar con benevolencia y salir hasta el otro lado del continente negro, ahora solo me convierto en un feto mojado, atrapado en un útero de paredes blancas, sumergida en aguas con sales de vainilla y espuma amarilla.
Como han cambiado las cosas, es como si todo hubiera retrocedido hasta mi forma más angelical, más inocente, mi cuerpo es blanco y blando y se desase con el agua, miro mis manos que se despegan del horizonte del liquido como si siempre hubieran pertenecido allí, me gusta estar así, bajar hasta el fondo de este útero y escuchar ruidos, mis latidos cuando me ajito, mi respiración cuando me ahogo, y el alivio que siento cuando salgo de la superficie y vuelvo a ver mis pies, que me miran fijamente.

No hay comentarios.: