jueves, diciembre 27, 2007

La muerte es algo inalienable, no se puede transar, pienso que lo más probable es que muera en una cama abrazada a mis hijos contándole una historia imposible, algo así como la muerte que todos queremos. Lo más probable que esos crudos momentos del deleite de los últimos minutos hay que agonizarlos con los más queridos, pero ¿Qué pasa si en mi cama no cabe nadie más?¿ o que si en verdad la gente que quiero de verdad muere en el mismo instante que yo y agoniza en la misma noche/tarde y sus seres queridos son otros ¿ con que lleno mi cama entonces? Pensaba en mi abuela y todo lo demás al caminar, que más bien me resultaba como haber aprendido a caminar y comer chicle, caminar y pensar huevadas, echaba un poco de menos mi silencio, mí banda sonora ya me aburrió un poco, no hay nada que escuchar.
Y ahora pensaba en el silencio y todo el ruido que hay aquí, tan silencioso, por que en verdad nada mas escucho, soy un poco sorda y ciega, como un sordomudo dentro de esta caja inmensa, mi caja sonora, que suena cuando yo quiero, o mas bien, cuando el me quiere hacer silbar.
Pensaba en mi abuela y en el hombre elegante y a veces también en la cama que tengo que llenar el día de mi muerte, las cosas son difíciles para mucha gente, digo mucha por que conozco a una de las personas que lo pasará mal en día de su muerte, el mundo es una alpargata pero conozco a una y eso es importarte por que soy joven para conocer a una desgraciada, mi abuela.
Saco conclusiones, cuento a los miembros de mi familia y somos impares, antes éramos gente par pero algunos se sumaron. Miento en verdad somos gente par, lo que no sé es con quien quiero compartir, todo es simple todos de a dos (una parentela mas un agente externo hombre) y sobramos justamente dos, yo y mi renombrada abuela/ella.
Ella nunca se casó/se cansó.

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