domingo, diciembre 18, 2011

Las penas del amor simbiótico

La tangible realidad y toda la carga moral, desde que Eva salió de la costilla de Adán, nos subyace a adquirir confusos patrones de comportamiento sin sentido, ilógicos, en torno a lo que se entiende por amor.
Las ansias de vínculos fusionales y la culpa frente a detalles de la vida, nos someten a una vida infeliz, prejuiciosa y hasta auto flagelante, donde a veces la culpa aparece como un misterio sin resolver.
La práctica sobre las formas vinculares del amor son un bazofia, los celos, las confusiones y el deseo de poseer, son infecciones que enferman nuestra alma, amar se mal entiende, la posesión una instancia segadora, la libertad, el miedo de perder al objeto.
Es fácil caer en el navío de la locura, es fácil caer en las penas del infierno terrenal, el fácil querer adueñarse de un alma misteriosa, desprender a esta alma de su fulgor. La decadencia de la humanidad nos incita a adormecer la belleza de la vida que se ama, de cortarle las alas, de no querer dejarlo ir, se nos enseña a amar por convención, lo que vuelve todo más confuso, más cruel, más doloroso.
Se nos enseña que es lo que tenemos que sentir frente a determinadas situaciones, se nos enseña la flagelación violenta hacia el otro si sus decisiones o conductas traicionan nuestro ego, nuestro narcisismo. Nos miramos al espejo para luego indicar a los demás como ellos deben de actuar frente a nosotros.
Se nos enseña a sentirnos vacios y a creer que el vacío existencial viene de ante mano, por lo menos inmediatamente después del corte del cordón umbilical ¡qué hecho más violento si nuestra existencia se sustenta de la simbiosis junto a un otro!
A veces la vida nos hace desear de forma simbólica una fusión de siameses , lo imposible se nos exige aunque su existencia sea absurda; tu cabeza, mi cabeza, un mismo cuerpo, tu pene es mío, tu vagina me pertenece, puedo tocarte un seno con mi mano derecha mientras me masturbo con la izquierda , te chupo una teta y siento que no siento nada, porque sentir nada es sentirse bien, apacible, seguro, intocable, me acurruco en tu pecho y es como ser de nuevo una guagua de pecho, cierro los ojos y desaparezco en tu mirada, la vida es cruel cuando no te tengo cerca, la vida es cruel cuando el mundo te hace desaparecer, cuando la ciencia triunfa y hace posible que pueda nacer, que pueda despegarme de ti como si esto fuera un logro.
Como si el logro de despegarme de tu vientre y tener que enfrentar esto sola fuera madurez e independencia.
Ahora soy un coagulo de sangre que alguien tira por el wáter de algún bar rancio, soy la felicidad de una mujer que me ve y celebra que no hay embarazo, que no voy a hacer más que el ente que materialmente alcance a ser.
Ahora soy un coágulo de sangre en el pico de una gaviota, la cual dará de comer de mí a sus gaviotitos, luego seré vómito, luego volveré a nacer.
Esa es la posibilidad que me da la vida, volver a nacer cada vez como si fuera una constante reencarnación, me despego de tu vientre, me despegan de ti, vivo y luego muero. Soy una célula, soy un ovulo fértil, puedo dejar de sentirme sola cuando lo desee, puedo juntarme con un espermiecito amigo y volver a nacer , y volver a desprenderme y comerme ese cordón umbilical que me hace tan dependiente de ti, puedo dejar mi fijación, puedo volverme virgen cuando quiera, puedo engendrar cuando lo desee, puedo seguir escribiendo lo que se me viene a la cabeza, puedo cambiarte por un personaje que nazca de mi imaginación, que se parezca a ti, que se llame como tú, pero que sea otro, un personaje creado por mí para luego yo crearme de él, puedo ser otra persona, me puedo colocar una peluca y ser stripper , puedo alimentarme de tu recuerdo y hacer la muerte con otros hombres pensando que eres tú, podría ser capaz de hacer todo eso, pero no quiero, por que las penas del amor simbiótico me han enseñado…

Un Saludo a todos mis amores simbióticos, a todos los amé, simbióticamente
La Autor

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