miércoles, septiembre 16, 2009


Carta para mis Fantasmas

(el amor despúes del amor)


¿Por que escribí? ¿Por que es mi mano la que apretaba mi vientre? Por que escribí, ya no lo hago mucho, por que mi mano ya no aprieta mi vientre y ahora se aferra a un cuerpo extraño y es capaz de decir adiós.
Como dice Lihn, mi mano quiso ajusticiar muchas veces escribiendo, era mi lucha armada contra mí y contra todos mis fantasmas mestizos que se agolpaban aquí.
Yo los recree a todos ustedes sacándolos de su realidad para transformarlos y que fueran solo míos, así, ustedes se alejaban de la realidad y construían mi mundo paradójico, lleno de rabia, lleno de locura y amor, los transforme a cada uno de ustedes en uno de mis personajes y sacaron aplausos, eran mi material dialéctico y desdicha a la vez, por que los amé a todos y a cada uno de ustedes de una forma desesperada y los lloré a todos como una muerte irreversible. Nunca me pude despegar de mi realidad inmaterial.
Como me dijo Lind una vez, uno solo escribe de lo que sabe, y yo solo sabia de ustedes, eran mi motor, ya que el dolor siempre fue inminente, carrasposo y cruel, pero a la vez, satisfactorio, por que sacaban de mí lo que siempre quise encontrar, un mundo aparte utópico e ideal, donde yo me movía dentro de una irrealidad dolorosa y a la vez subversiva, me movía siempre sobre sus tumbas y en recuerdos, siempre en recuerdos…
Ahora las cosas son diferentes, ustedes ya no son fantasmas para mí, como dijo Tomás una vez, los temas más recurrentes en escritos y canciones son el recuerdo y el olvido. El olvido nunca se olvida y los recuerdos son irreales, el sentimiento siempre modifica la realidad pasada, el sentido cambia los sucesos y esto hace que los finales sean siempre diferentes, aquí no existe ni el recuerdo ni el olvido, solo existe un desapego valiente y sanador, ahora los aparto definitivamente como “recuerdos del pasado, extras de una película anémica”(Lind) fueron el porqué escribí, el por que mi mano siempre tenía que apretar mi vientre para sacar el dolor, ahora les escribo por ultima vez y me lleno de su subjetividad para crear personajes que se salgan de mí, como una nueva propuesta creativa, los quiero pero ya no se verán reflejados en mí, que descansen en paz.

atte.
La autor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Del autor al lector las quimeras se transmiten, pero aquello que era fantasía por una parte, se convierte en fantasma por la otra; la astucia del escritor es aceptada con tanto candor como imagen de lo real. En apariencia, nos encontramos solamente ante una crítica fácil de las novelas de imaginación; pero un poco por debajo, hay toda una inquietud sobre las relaciones que existen, en la obra de arte, entre la realidad y la imaginación, y acaso también sobre la turbia comunicación que hay entre la invención fantástica y las fascinaciones del delirio.

M. Foucault (1967), Historia de la locura en la época clásica, Mexico D.F., Breviarios FCE.
Primera parte: "Stultifera Navis", sobre la locura por identificación novelesca, Pág. 63.

Anónimo dijo...

Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no solo de insomnio,
también las ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos sicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor
lo pagué verso a verso hasta escribirlo (...)

Enrique Lihn (1969), "La musiquilla de las pobres esferas".

Estos versos me encantan, y a la vez me incitan a escribir demasiado,quizás deba seguir en la senda Lihneana jaja, pero jamás caer en el lihnenismo, uyy suena parecido a leninismo, compañera presente,ahora y siempre(ironía bolchevique). El siglo XX y sus ismos, caldo de cultivo para una nosología del arte e ideologías en los manuales cacademicos.
Lo anterior del pelao Foucault también fue una entrada mia, del señor Anónimo, aunque es muy probable que me reconozcas.

Quizás todo el mundo
en su última sustancia
en su sombra, su contraluz
es ri.di.culo.