Encuentro causal/casual

Me encontré a Matías afuera de la puerta del baño de hombres, dentro de un parque verde que pertenece a mi inconciente, hace tanto tiempo que no nos encontrábamos afuera de baños de hombres que me produjo un poco de nostalgia pasajera, los baños de los cines, de los bares, de las tiendas, de la escuela, de mi hogar. Y ahí estaba igual que siempre, solo que ahora tenia en su labio superior un herpe que no me hizo pensarlo dos veces para acercarme a él igual y darle un beso en su olvidada boca. Caminamos sonrientes por aquel parque tan inexistente tan inventado, tan perfecto. El regocijo a veces se parece un poco al dolor, la intensidad hace presa a mis actos, la risa nerviosa no es otra cosa que la “expulsión agónica”.
El verde era intenso, el lugar parecía “un mundo feliz” y a mi me causaba extrañeza, pero seguía hablando de las cotidianidades, aquellas cosas estúpidas que a veces uno suele decir para no mantener la boca cerrada, seguíamos caminando en esta situación tan extraña de encuentro accidental. En un instante al otro Matías se derrumba en el suelo ,me agacho junto a él y le pregunto que le pasa, me dice que le duele, y que le duele mucho, lleva sus mano un poco más abajo que su ombligo, se queja y comienza a sudar helado, se retuerce en el suelo, se exaspera de dolor, solo atiné a dirigir mis manos al botón de su pantalón, a desabrocharlo y descubrir que era lo que pasaba…
Su pene ya no estaba
Trato de darme las explicaciones pertinentes, que había ocurrido, que estaba pasando que había sucedido y por que me lo encuentro afuera de un baño de hombres, por que ya no tenía pene.
Nada de esto era necesario, no se por qué pero todo lo entendía, y no me era extraño, tome mi bolso del suelo y seguí caminando por el pasto verde.

Y él seguía igual, tan niño como siempre.