viernes, septiembre 19, 2008


Ella necesitaba sentir como aquellas manos resbalaban por su cuerpo, como un destello único que incesablemente necesitaba para si, ella quería revivir de alguna forma todo lo que era ella misma ,no ayudándose del alcohol o las medicinas que una vez al mes le recetaba el psiquiatra, y es que ella había dejado de vivir hace tanto tiempo, hace tantas décadas había dejado guardado sus tacones mas sensuales bajo la cama, en cajas apiladas, ya muchas cosas había guardado bajo la cama, menos sus antiguos amores que alojaban noches enteras mientras sus padres no lograban enterarse . Así recuerdos tras recuerdos se hacia cada día mas lejana su añorada juventud que muchas veces en silencio deseaba que se desplegara por todos los rincones de su inmensa humanidad, cosa que ella no reconocía apelando a la afirmación de que su vida ya había acabado hace tiempo, desde el momento que dejo de trabajar, desde el momento en que no lo volvió a ver, en el momento de que el desapareció rotundamente llevándose todo lo que completaba su nombre, sus raíces, su propio ser.
A lo mejor ella no recuerda el por que de su estado inerte, lo más probable es que ella no recuerde como empezó todo esto, yo la miro y su miraba atraviesa la pantalla de la televisión la cual se devuelve intentando mirar un poquito dentro de ella, buscando si de verdad queda algo, alguna cosa, una pizca de motivación, de vida, un poco de ella.
Yo la miro y sigue observando la tele, no viendo nada, como si la nada fuera el lugar que nadie conoce mejor que ella.
Solo usa su mente llena de pajaritos para recordar, y sus historias renacen cada día en mi mente cuando ella las cuenta y me revive, como se despliegan en todo los rincones de mi humilde humanidad, haciéndome sentir como aquellas manos resbalaban por mi cuerpo, como un destello único que incesablemente necesito para mi, rescatándola como una reencarnación desesperada para ella, en mi.

1 comentario:

roberto lind dijo...

mil veces, enana. mil.