viernes, febrero 16, 2007


El pedir prestado cosas personales no es bueno.

Suelo todo los días pintármela roja y aun no encuentro un porque a mi rutina, que se cumple después de lavarme los dientes.
Yo y ella nos juntamos, disfrutamos de unos cuantos cafés en alguna parte de santiago.nos extrañábamos, ella se reía y me enseñaba sus dientes, la gracia estaba en la cajetilla de sus cigarros, ya que era plateada, bien adornada y decía Marlboro con unas letras que se salían del relieve de la caja, y el mesero lucia su nacionalidad diciendo que los cigarros argentinos eran los mejores, nos ofreció fuego y antonella se avergonzó al ver que al sacar uno de sus cigarros de la cajetilla traída desde al otro lado de la cordillera, salía de su interior un común y corriente belmont light sacado de la cajita de don miguel. a la salida del lugar corría viento y eso me aconsejo besarla, de un segundo a otro el rojo ya no me pertenecía, me toque los labios acusando mi vergüenza y ya no estaban, busque mi boca y ella no se encontraba bajo mi nariz y tampoco sobre mi mentón, antonella me la robó, así como si nada y no me dijo ni una sola palabra , no me aviso, y yo tenia tanto que decirle, ella me dejo sin habla, quería decirle que continuamente la recordaba y que era mi mejor amiga, ella prefirió que las palabras me las comiera, y como si nada me tomo de la mano para caminar junto a mi por miraflores. me sentía tan observada, y tan extraña a la ves , le hice señas, le enseñaba bocas de los afiches de la calle para que hiciera algo , que arreglara lo que había hecho conmigo, ella solo se reía, no hacia nada más que disfrutar el viento que golpeaba ahora en sus labios rojos, decidí hacer lo mismo interpretando el tarareo de una canción , no podía pronunciar letras y ella la empezó a cantar , caminábamos de la mano felices por los departamentos de paz froimovich dandonos cuenta que la cuidad se hacia grandes para nuestros ojos y bolsillos, nos sentamos lentamente en la vereda cuando ya se estaba oscureciendo y antonella me devolvió lo que hace unas cuantas horas me había quitado.

Yo la besaba a ella y se me salía la boca, ya no la tenía, ya no había labios, ya no podía…

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